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Fantasía sobre un tema de Oudrid

A modo de divertimento sobre El Sitio de Zaragoza.

Te deseo un feliz domingo. Me encanta la luz de los domingos. (A propósito, cuando nos permitan las circunstancias, tengo un proyecto de cara al público para los domingos por la mañana...¡qué rico es! tiempo al tiempo...esto también pasará.)


Hemos dado un paseo por el tiempo. Te presento esta Fantasía sobre un tema de Oudrid. Puedes escucharlo pinchando aquí o en la foto




Cómo llegó a mi...Montse ha terminado un trabajo monográfico sobre el compositor pacense Cristobal Oudrid. Me pidió si podría hacer algo. Incursionando sobre el compositor y escuchándola hablar sobre los detalles que iba descubriendo de su vida o cómo era su marco histórico, lo desordenada que estaba la información sobre él, etc. me di cuenta que había un tema muy conocido con la obra El Sitio de Zaragoza. Seguro que en cuanto lo escuches la vas a reconocer. Ojalá puedas leer su trabajo. Le ha quedado muy interesante. 

Un par de apuntes...imaginé que se contraponían dos ambientes culturales. Un poco de aire de militar y un poco de aire celta. Tienen muchos puntos de encuentro. Pero el espíritu de "si se quiere se puede" que insufla esta música me parece extrapolable a muchos ánimos. Así que ese ánimo ha sido mi acompañante para esbozar esta obra. Hemos jugado un poquito... el compositor no deja de ser un niño juguetón. Tal vez algún día se sepa valorar la importancia de jugar para ser excelente en nuestro oficio.

Una reflexión. El otro día pensaba sobre las inseguridades que a veces tenemos los creativos y las creativas. El miedo desgasta tanto... La búsqueda del éxito es un fracaso para la creatividad. Pues en el momento que hay algún ego capitaneando nuestras intenciones se va todo a la porra y hacemos cosas que recuerdan a lo que podría haber sido. El éxito hay que aceptarlo como los regalos: con gratitud, con sonrisa y un abrazo (y realmente con sorpresa porque nunca se sabe por qué exactamente te están felicitando) Y así se va a su sitio...al corazón...pero ¡ojo! ¡que no coja el timón del barco porque entonces ¡adiós!. Al día siguiente hay que ponerse con la misma energía a seguir caminando, y es entonces cuando descubres que esas ganas de seguir trabajando es el verdadero éxito. ¡Egos! ¿para qué os quiero? tenéis un armario tan grande que a veces os coláis...pero el tufo que soltáis es cuasi imposible de tapar... 

Gracias por leer esta entrada, lector de este blog y oyente de la web.

David.





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